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No puedo volver a Rusia

Cuando regresé a España en Febrero de 2020, nadie en el mundo se podía imaginar lo que estaba por llegar en todo el planeta. Ya han pasado casi dos años y me atrevería a decir que estamos peor que en esa ocasión.

Actualmente tengo la mayor parte de mi vida aquí, pero mi pasado, familia, amigos… Todo eso sigue en Rusia, y no puedo volver para verles. Tampoco ellos a mí. Ahora, progresivamente, se está implantando un sistema que garantiza que no eres un apestado social porque llevas puesta una «medicina» de una empresa farmacéutica multimillonaria, ¿pero saben qué sucede? Que esa «medicina» es diferente y no es válida entre Rusia y la Unión Europea. Así que esta falta de homologación no es ya un problema sanitario, sino político, empresarial y de corrupción.

Y mientras los mismos de siempre siguen dándose aplausos a sí mismos y jugando con billetes tras los focos públicos, yo sigo sin poder reunirme con mis seres queridos. Esto me pone muy triste, porque a veces empiezo a creer que ya jamás podré volver a reunirme en persona con ellos.

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