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La peor persona que he conocido

Os he contado mucho sobre esta negativa experiencia y un poco de los hijos del jefe en un punto dedicado a ellos, ¿pero qué ha pasado con el dueño de la empresa, es decir, con el padre? La persona que conocí el año anterior y que me aseguró este empleo, resultó ser a fecha actual la peor persona que he conocido en mi vida.

El jefe

Cuando terminó la temporada 2019, mi compañero de vivienda y yo debatíamos sobre si mantener el alquiler de las islas o no. Encontrar una vivienda era complicado, pero pagarla sin estar trabajando no era adecuado. Finalmente él recibió una llamada del jefe, el dueño, el que había estado desaparecido toda la temporada. Le dijo que para él tenía un trabajo y que podría empezar a trabajar en Enero. Por lo que, tomamos juntos la decisión de no abandonar aquel domicilio. Él permaneció en España y yo me fui a Rusia durante las navidades.

Sin embargo, recuerdo que tuvimos cierta discusión y debate sobre este asunto. Yo estaba bastante segura de que buscaría otro empleo porque esta familia eran auténticos canallas y unos gil******s. Le aconsejé que él hiciese lo mismo. Pero me sugirió aguantar, ser responsables y respetuosos con la persona que nos había contratado y que tantas veces nos había hecho falsas promesas. Pero hoy, de nada estoy más feliz que de no haber seguido su consejo, y él, de nada está más furioso que de no haber seguido el mío.

El jefe
Quien parecía el más educado, formal y respetable, era en realidad el peor de todos.

Cuando regresé a finales de Febrero de 2020 (porque no podía permanecer fuera de España más de 3 meses para que mis permisos de residencia no caduquen), me sorprendió muchísimo que me contó que todavía no estaba trabajando. Llamó a este señor en Enero y él se había olvidado por completo de lo que le dijo 2 meses antes. Lo dejó plantado. Dijo que no se preocupase, que le llamaría en una semana. Pasaron 2 semanas y media y no llamó. Le volvió a llamar y casi de malas formas, le dijo que no se preocupase más, que le tenía muy presente a él y a su “compañera” (yo) y que nos llamaría muy pronto. Yo, cansada de semejante empresa de cerdos, busqué otro empleo, y mi compañero decidió esperar la llamada de este señor, del que me confesó que era un no muy lejano pariente suyo.

Yo encontré empleo en otra empresa en la que estoy encantada (aún sigo empleada ahí), pero a mediados de Marzo, sucedió el inicio de las cuarentenas forzosas y el país entero quedó cerrado, incluido mi empleo. Pensamos en abandonar la isla, pero todos los tickets estaban agotados y el puerto y aeropuerto quedaron cerrados. Era imposible salir de la isla. Nunca recibimos llamada de esta gente, ni siquiera para preguntar cómo estábamos.

En mi nuevo empleo, se me pasó a ERTE y pude cobrar para poder sobrevivir. Mi compañero tuvo que implorar ayuda a sus padres. Si yo no hubiese acudido a otro empleo que sí hizo bien las cosas conmigo, yo me habría visto en una de las situaciones más horribles de quiebra y miseria, por culpa de un monstruo que estaba más interesado en salvar sus muebles que en tener un mínimo de responsabilidad con sus empleados. Si se olvidó de nosotros bajo estas circunstancias tan malas, podría al menos alguien de la familia o en la empresa haberle acordado sobre nosotros. Pero bien nos hacemos a la idea de que además de malas personas, eran cobardes incapaces de decirnos abiertamente a la cara que no querían que renovasemos contrato al año siguiente.

Yo debería al menos dar las gracias porque debido a este empleo, yo pude regularizar mi situación en este país, pero no puedo hacerlo. No puedo ser agradecida con gente así. NO TODO VALE. El mal que causaron ha pesado infinitamente más que cualquier buen detalle que tuviesen. De hecho, rechazo sus detalles y automedallas por completo. Yo no pedí que me alojasen gratuitamente en una habitación de su hotel. Yo quería haber ido con tiempo y elegir con tiempo un hogar. Pero eso sería hacer bien las cosas, y eso no casa en esta basura de empresa, que no he identificado… ni lo haré, excepto que sea necesario.

Las cosas personales que haya que decir, mejor se las dejo a mi antiguo compañero. Su familia abrió un foro de debate sobre esta otra familia de la empresa… y surgieron muchos datos pasados que definían más a este infame jefe como un miserable cerdo. Antes definí a sus hijos como “malcriados niños de papá”. A él la definición mejor que se la ponga su propia familia, a quien han abandonado en el peor momento de la pandemia. Es bastante más censurable que lo que yo escribo.

Parece que he lanzado un largo artículo en cuatro páginas repletas de ira, pero sólo necesitaba desahogarme. Podría estar días hablando de lo horrible que fue este empleo, y quiero dejar muy claro que no lo es, porque es un trabajo muy bonito y muy disfrutable. De hecho a mi compañero le encantaba, y a mí también en mi actual empresa. Lo realmente malo es que esta empresa de la que he escrito está dirigida por gente tan infame y descastada que sólo están ahí para decir imbecilidades, ir y dar cuatro gritos para que todos recuerden que son los jefes y recoger los beneficios.

Muchas gracias por haberme leído. Y si no quieren leer tanto, les invito a ver la versión resumida en vídeo que grabé:

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