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Adiós, melena…

Supongo que estamos familiarizados con esos casos en los que ves una fotografía de una habitación de hotel y luego en la realidad no es nada parecido. O con muchos productos y servicios cotidianos. Eso es lo que me sucede a mí con el pelo. No importa lo mucho que intente replicar una imagen de una melena larga, bonita, sedosa, ondulada, llena de volumen… ¡No hay manera!

Así que, rindiéndome, ahora tengo el pelo más corto. Pero rompiendo una lanza a favor, no está tan mal. La comodidad y despreocupación han sumado muchos puntos. Y en verano, sobre todo en un verano tan cálido como el de España, es muchísimo más práctico.

Una pena no poder preguntarle a Rapunzel por sus secretos, pincipalmente porque no existe…

Publicado enBlogYouTube